Aforismos
Aforismos escolares
1) El sueño de todo hombre casado es entrar a un bar y ver a su mujer acodada en la barra, flanqueada por dos hombres que a todas luces la desean.
2) Cuando un hombre le pega en las nalgas a su amante, se pregunta por qué nunca le ha podido poner la mano encima a su esposa. Con tanto placer que la violencia le proporciona. No ha podido hacerlo porque vive en un territorio de falsedades. Principiando por la felicidad de su hogar. Parcela de hipocresías.
3) La doble moral —principio de la cofradía judeo-cristiana— le permite a un hombre tratar con solemnidad a su esposa, como si fuese una pieza de museo. En cambio, podrá cristalizar todas sus fantasías con su amante. Desde pegarle cachetadas hasta cogerla por el culo. Sin remordimientos ni sentimientos culpígenos. Es el principal motivo para tener amante. Gozar de ella. Que por regla general es el hombre quien busca amante, y no al revés. Porque la mujer casada sabe que tiene en su favor esas cosas que se llaman hijos. Cree a pie juntillas en esa máxima putrefacta del hasta que la muerte nos separe.
4) Feliz el hombre que goza de su amante. De él será el reino del cuerpo. El único cuya existencia nos consta.
5) El hombre casado vive en el departamento de lo que dicta la ley —de Dios y del Estado—, sin poder desplazarse un poco más allá porque en el acto lloverá sobre él la incordia de los persignados, y la envidia de los pusilánimes —léase de los enanos de espíritu, que no ven más allá de sus narices.
6) La mujer casada reprueba el amasiato si es su marido quien tiene amante. En cambio está de acuerdo con él si su marido le es fiel. Y se expresa benévolamente de las relaciones humanas en todas sus modalidades.
7) La mujer casada aprueba el amasiato si es ella la infiel. No perderá oportunidad de lamentarse de su marido cuando esté en brazos del amante. Hablará horrores de él. Su sed erótica quedará satisfecha, y sólo se mostrará gozosa con su esposo si hay algún interés de por medio. Porque de preferencia se acostará dándole la espalda. Cuando no en camas separadas.
8) Por los puros pies de la mujer, los amigos del marido saben qué tan complacida está en la cama. Y si está bien cogida —lo cual acontece muy de vez en cuando— se les antojará ponerla a prueba; y si no lo está, se sentirán obligados a domarla.
9) La mujer casada sabe que si abre las piernas un poco más allá de lo acostumbrado, su marido se tornará en su amante. Y las puertas del cielo le serán clausuradas.
10) El esposo que al momento de hacer el amor le dedica a su esposa las palabras más respetuosas, no sabe con quién se casó.
11) La amante disfruta lo mismo las palabras decantadas que el lenguaje procaz. Con ella, su macho es un cabrío salvaje. Aunque por las noches acuda a la cama con su marido, y le exija respeto y dulzura.
12) El único matrimonio aceptable es el que vive en equidad de condiciones. Que ambos sean infieles. Que ambos tengan su amante respectivo. Ese matrimonio respirará el feliz pan de la justicia divina. Que es el único modo posible de meterle una zancadilla a Dios. Porque ninguno engaña al otro. Situación por demás de privilegio. Pero que no se llegue al amasiato por venganza. Qué podredumbre. Se debe llegar por el deseo. Por el sexo. Por la admiración.
13) A la mujer se la incita para que cambie de hombre. Con cada amante se ejercita en el arte de amar. Está en su derecho.
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