Ensayo
El oficio del voyeurismo
1) El arte es el camino más expedito para practicar el oficio del voyeurismo.
2) Los pintores son fisgones por naturaleza. Aquellos retratistas de la intimidad —Fragonard, Ingres, David— miraban por el resto de los hombres. Y para el resto de los hombres. Llevaban a las casas de familias pudientes y conservadoras, lo que habían espiado. Aún era posible percibir en los trazos, la mano trémula.
3) Contra lo que muchos piensan, el voyeurismo no es un suceso cobarde; exige determinación y valentía; basta imaginarse al niño de cinco años que espía a su hermana por la cerradura de la puerta. Ese niño tendrá conciencia de lo que está haciendo. Sabe que se trata de un acto prohibido, y tan así que lo hará ocultándose de la autoridad.
4) ¿Qué atrae más a un voyeurista? ¿Espiar, o el peligro de ser descubierto?
5) Cuando un voyeurista es descubierto, nadie le puede quitar lo que ha visto.
6) Hay cosas que se dan por sentadas. Por ejemplo, que el pan sacia el hambre; que los celos hacen ver conflictos inexistentes. Por ejemplo, que un varón es más proclive que una mujer a practicar el voyeurismo. Es como el olor de la carne, que el hombre vuelve la vista hacia el origen de aquel estímulo, y que la mujer se sigue de largo. Tal vez porque el varón está permanentemente fuera de control. Con todo lo que esto implica, como abrir el grifo de la imaginación al menor desafío. Eso no hace al hombre superior, ni a la mujer inferior; quizá más tenga que ver con una insatisfacción radical. Inconforme por naturaleza, el varón es incapaz de adaptarse a las circunstancias que lo rodean, y mira donde no debe mirar. Acaso los ojos de la mujer sean sus oídos. Porque es difícil imaginarse a una mujer espiando por una fisura la habitación de un hombre. Aunque sería un tema lindo para una novela, o de plano una película.
7) Así las cosas, la música es de una pureza celestial comparada con el arte de la plástica. Pero cabe preguntarse si no radica ahí gran parte del misterio de las artes visuales: que en forma contundente le permitan al espectador incursionar en realidades tan cercanas como inusitadas. O mejor aún, en asomarse en la casa vecina sin correr el menor riesgo.
8) ¿Por qué una realidad determinada está permitida para algunos y para otros no? Por ejemplo, la intimidad de una mujer. El hecho de que sea exclusiva la vuelve altamente tentadora. Y todo lo que significa una tentación se enfrenta.
9) El voyeurismo es radical.
10) ¿Por qué el marido o el progenitor reacciona tan violentamente cuando descubre al voyeurista? Tal vez él mismo se siente violado en su intimidad. Está educado en el formato machista, y la mujer —sea la esposa o las hijas— le pertenecen. No le preocupa su hijo varón, porque sabe que a los hombres nadie los espía. Pero en lo que a las mujeres se refiere, es su responsabilidad.
11) Tal vez el voyeurismo tenga mucho que ver con la pertenencia de las personas. Cual si fueran cosas. Cuando un transeúnte se aproxima al automóvil estacionado y lo observa con detenimiento, si el propietario lo avista se encrespa. Ese auto es propiedad privada y así sea que esté en la calle, no está dispuesto a compartirlo. Y menos ante un voyeurista de los autos. Que vaya y que se consiga el suyo.
12) A la vista de la mujer, a la cristalización de la belleza —entiendo por belleza la radicalización del opuesto—, el voyeurista suma la función privada.
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