Texto del lunes
Poesía
El Piano
Era mi gasolinera favorita.
Porque tenía varias:
la mesa del comedor,
o la mesa de trabajo
en la que siempre hubo papeles
de música.
Pero el piano me gustaba
porque tenía tres tomas de gasolina.
Disponía debajo de él,
perfectamente acomodados,
mis carritos y mis camiones.
Alguna vez mi padre
me trajo una patrulla de Alemania,
Mercedes Benz,
roja,
con una luz azul en el techo,
que daba vueltas mientras el patrullero
movía la cabeza
y hablaba por teléfono.
También tenía sirena.
Sus llantas eran cara blanca
y las defensas cromadas.
La patrulla
siempre estaba cargando gasolina.
Pero era mentira,
porque lo que en realidad hacía era vigilar mi ciudad.
Todo esto sucedía mientras mis padres
tocaban
sonatas para violín y piano.
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