Poesía
En el elevador
Cuando nos dirigíamos a la habitación,
la besaba en el elevador.
Besar es un decir.
Le levantaba la falda y le metía el dedo.
Sus gemidos parecían desbordar
el elevador mismo.
Pasaba mi lengua por sus oídos,
por su cuello
y le ordenaba al destino que no concluyera
el ascenso.
Cuando cruzábamos el umbral de la habitación,
olía mi dedo.
Y lo chupaba.
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